APRENDIZAJE COOPERATIVO.

Si tenemos en cuenta que nos encontramos en un centro educativo en el que convive una gran diversidad de alumnado, con diferencias muy significativas en sus intereses, capacidades, cultura, origen social, etc., y pretendemos lograr una educación integral de todos ellos, desarrollando además actitudes de colaboración frente a otras discriminatorias, queda claro que debemos decantarnos por un modelo de escuela inclusiva, en la que se puedan potenciar al máximo todas las capacidades de los niños/as respetando sus diferencias individuales.

Y el hecho de decantarse por una escuela inclusiva supone desarrollar hábitos y formas de trabajo en equipo, en definitiva supone adquirir como método fundamental de trabajo en el aula el aprendizaje cooperativo.

Esta estrecha relación entre escuela inclusiva y aprendizaje cooperativo queda justificada por tres motivos principales:

  1. La única manera de atender juntos en una misma aula a alumnos/as diferentes es introducir en ella una estructura de aprendizaje cooperativa, en detrimento de una estructura individualista o competitiva. El hecho de organizar una clase cooperativamente supone que todos colaboren y se ayuden para poder progresar en el aprendizaje, cada uno hasta el máximo de sus posibilidades.
  1. En el sentido inverso, no puede haber cooperación si el aula no es inclusiva. Los niños/as no pueden aprender a colaborar y a respetar las diferencias en un grupo homogéneo en el que todos compartan las mismas características y no haya ningún tipo de diversidad.  Tal como defiende la UNESCO, las escuelas ordinarias con una orientación inclusiva y basada en la cooperación son el medio más eficaz para lograr una educación integral para todos.
  1. Por último, el desarrollo de algunas competencias básicas requiere necesariamente la estructura cooperativa de la actividad en el aula. Por ejemplo, las competencias comunicativas o las competencias sociales difícilmente se pueden practicar y aprender en la escuela si los alumnos/as no tienen la oportunidad de trabajar juntos, en equipo, dentro de la clase y de forma continuada.

Estos son los motivos fundamentales que nos llevan a desarrollar en nuestro centro el Proyecto CA/AC (Cooperar para Aprender/Aprender para Cooperar), que gira en torno a la organización cooperativa de las actividades en el aula, y que facilita que todos los alumnos/as, incluidos aquellos con diferentes necesidades, puedan aprender juntos.

El aprendizaje cooperativo supone una visión diferente del proceso E-A en el que se deben dar en todo momento  tres premisas indispensables:

  • Todos los miembros del equipo participan e interaccionan.
  • Se deben ayudar. La interdependencia positiva entre los integrantes del equipo permite el logro de los objetivos, de modo que el éxito individual va ligado al del resto del equipo.
  • Debe haber consenso.
  • Implica la existencia de responsabilidad individual y grupal en el aprendizaje.

Esta estructuración del aula en equipos de trabajo heterogéneos  se decide a principio de curso por parte del equipo docente que imparte clase en cada aula según los  criterios pedagógicos recogidos en el programa CAAC.

Para llevar a cabo este Proyecto es necesario tener en cuenta los tres ámbitos fundamentales de intervención a la hora de organizar las actividades de aprendizaje cooperativo, que serán los siguientes:

  1. El ámbito de intervención A: incluye todas las actuaciones relacionadas con la cohesión de grupo, para conseguir que, poco a poco, los niños y niñas de una clase tomen conciencia de grupo y se conviertan cada vez más en una pequeña comunidad de aprendizaje. Éste será un aspecto que no se dejará de lado nunca, dado que en cualquier momento podrán surgir problemas o conflictos que dificulten el “clima” del aula y hagan necesario seguir trabajándolo de forma continua a través de diferentes dinámicas, juegos cooperativos, actividades grupales, etc.
  1. El ámbito de intervención B: que abarca todas las actuaciones caracterizadas por la utilización del trabajo cooperativo como recurso para enseñar, con el fin de que todo el alumnado aprenda mejor los contenidos escolares. Para este ámbito emplearemos una serie de estructuras de actividad cooperativas, de modo que el trabajo en equipo llegue a ser un recurso cada vez más utilizado por el profesorado del centro a la hora de que los alumnos/as realicen en la clase las actividades previstas en las distintas áreas del currículo.
  1. El ámbito de intervención C: en el que finalmente, y partiendo de la base de que el trabajo cooperativo es en sí mismo también un contenido, se llevarán a cabo actuaciones encaminadas a enseñar a los alumnos y alumnas, de una forma explícita y sistemática, a trabajar en equipo, sin dejar de usar dicho trabajo en equipo como un recurso para enseñar. Para ello emplearemos como recursos fundamentales los Planes de Equipo y el Cuaderno de Equipo, además de un conjunto de dinámicas de grupo y estructuras para enseñar y reforzar de forma sistemática las habilidades sociales y cooperativas.

Estos ámbitos de intervención están estrechamente relacionados, y habrá que trabajarlos de forma prácticamente continuada y simultánea, ya que el aprendizaje del trabajo en equipo no es algo que se consigue de una vez y de golpe, sino que se trata de algo progresivo, que deberemos intentar ir mejorando constantemente, actuando en cada uno de estos tres ámbitos en función de las necesidades o los vacíos observados.

Última modificación: 31/01/2018 - 11:59